Él sería su perdición… o su redención.
El brutal padre de la señorita Esme Canville estaba decidido a casarla; pero ella no se sometería dócilmente a sus designios. En lugar de eso, se ofreció a un famoso mujeriego, St. John Radwell, para disfrutar de la libertad de ser una amante. Sin embargo, St. John se estaba intentando reformar y se negó a seducir a una virgen. Pero Esme era decidida, bella y extraordinariamente tentadora.
Ella era una dama convencional, él un ladrón singular...
Constance Townley, la duquesa de Wellford, siempre había tenido un comportamiento impecable. Así que, ¿por qué de pronto sentía un salvaje deseo de rebelarse?
Anthony de Portnay Smythe era una figura misteriosa. Un caballero de día que robaba secretos para el gobierno de noche.
Cuando Constance encontró a un hombre en su dormitorio en mitad de la noche, su primer instinto fue pedir ayuda, pero algo la detuvo. El ladrón se disculpó y se despidió elegantemente, robándole un beso... Y Constance supo que ésa no sería la última vez que viera a aquel fascinante granuja...
Aunque el teniente Tom Godfrey nunca había conocido a Victoria Paget, la deseaba. Historias del difunto capitán Paget de su esposa y su retrato fueron suficientes para despertar su envidia ... y su lujuria. Ahora Tom ha regresado de la península y nunca esperó encontrar a la joven viuda en un burdel.
La necesidad había traído a Victoria a la casa de mala fama: era el único lugar donde podía enfrentarse a Tom, de quien ella sospechaba era responsable de la muerte de su marido. Pero cuando conoce al soldado viril, su galantería y la apasionada respuesta de su cuerpo la toman por sorpresa.
Lo que comenzó como una seducción de una noche puede conducir a mucho más... ¿pero todavía tendrán un futuro, cuando todos sus secretos sean revelados?
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